Mediante el establecimiento de relaciones entre los pueblos, y más allá de sus fronteras territoriales y generacionales, estas poblaciones construyeron, mantuvieron, viajaron y comercializaron bienes y conocimientos a lo largo de las Rutas de la Seda.
Dentro de estas interacciones, las caras y la ropa de una persona o un grupo de personas siempre han existido. Estos elementos nos ayudaron a comprender la cultura del otro, su identidad, sus expresiones y sus sentimientos diferentes a los nuestros.
Estos retratos de diferentes caras y prendas de las Rutas de la Seda se pueden encontrar en diversos contextos. Ya sea que se trate de momentos compartidos de alegría, de celebración, de aprendizaje, de enseñanza, de aspiración, de soledad u de otros momentos que podamos vivir cada día. Estos instantes a menudo se pasan por alto en momentos ocultos.
Se invita a los participantes a resaltar la belleza irremplazable reflejada por las caras de individuos o grupos de personas, cada uno de los cuales revela una historia única de las Rutas de la Seda.